domingo, 8 de mayo de 2011

Entre Hadas y Demonios

La vida es un frenesí mediático, entre bares de mala muerte y un buen ron zacapa centenario, se vive viviendo o tal vez, mueriendo de a poco, lento pero seguro. Entre la lluvia que cae en el techo de mi pequeña habitación, habitada por mis miedos y mis laberintos inalcanzables. Son sus ojos, los únicos que atraviesan, más allá de lo q dicen mis huesos. Unos ojos vistos desde afuera. Con un hambre sin comida y una sed sin justicia. Un rostro de ella, enfilado siempre hacia mis ojos. Fotografía endemoniada!, susurro entre ecos de redención y condena.

Mañanas como hoy, me preguntó, de donde ha venido esa fotografía a caer entre mis libros. Entre mis piezas de ajedrez y mi andrajoso libro de cuentos de Benedetti. Creo, que fue mientras buscaba algún recuerdo, en algún cajón. Mirandome con aspecto cálido, casi entrañable. Desconcertado pase mis dedos en todo el contorno de su rostro. Como si fuera una rockola, mis dedos y su rostro un disco. No encontre melodía, ni sentimientos. Nada, no sentí nada. Pero el perímetro de su boca, despertaba en mi, algo más que una sonrisa. Desde ese día, me ha acompañado en este desierto inmenso, árido. Esta cárcel aislada, que yo mismo he construido.

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